Asociaciones de pacientes oncológicas se quejan de que se han aplazado pruebas diagnósticas y que los hospitales han suspendido tratamientos. 

Reportaje: https://www.elespanol.com/reportajes/20201018/enfermas-cancer-desahuciadas-hospital-no-covid-mujeres/528947512_0.html

Nuria tiene la sospecha de que a su madre la mató el coronavirus, aunque nunca se infectó. Ana Romero murió el 30 de mayo a los 62 años cuando España acababa la desescalada. En su familia no hubo contagios, pero todos piensan que si la pandemia no hubiese existido Ana seguiría viva. Tenía cáncer de mama desde hace diez años, y con metástasis desde las navidades de 2018, pero esta sevillana cocinera de oficio evolucionaba bien. “Era una luchadora, tenía muchas ganas de vivir”.


Todo se precipitó al inicio del confinamiento. La metástasis ósea que sufría y la osteoporosis hicieron que se le rompiera una vértebra. Fueron 15 días con corsé. A eso se le unió una creciente dificultad para tragar, que la debilitó. La quimioterapia que recibía cada tres semanas se cortó. Sus hijos hablaban semanalmente con sus oncólogos por teléfono sin saber cuándo se reanudaría.

“Son sutilezas. Te decían eso de Ahora hay que tener más cuidado con venir al hospital o venid si queréis, pero si no venís mejorTe daban a entender que el coronavirus había condicionado el tratamiento”, explica su hija.

La evolución de Ana fue a peor. “Pensamos que una persona con metástasis no puede estar un mes sin quimioterapia”, argumenta su hija. El cáncer se hizo fuerte a medida que ella se debilitaba. Y los médicos le dijeron a la familia que la muerte era inminente. Falleció dos días después dejando la impresión en sus seres queridos de que a su madre la había matado la Covid.