A finales de 2014 estaba enferma con una afección crónica que reaparece cada 18 meses más o menos y me deja durante unos 5 meses incapacitada para caminar, conducir, hacer mi trabajo, a veces hablar y salir de la cama.  Esta crisis en particular coincidió con las manifestaciones del «Black Lives Matter», a las que sin duda habría asistido si hubiera podido. Vivo a una manzana del Parque MacArthur, en un vecindario que históricamente ha estado habitado por inmigrantes latinos y que se conoce popularmente como el lugar donde los inmigrantes ilegales comienzan sus vidas estadounidenses. Así es que ese parque no, lógicamente, es uno de los lugares de protesta más activos de la ciudad. Leer más sobre la reseña: AQUÍ

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